sábado, 9 de enero de 2010

ALCOHOL Y ADOLESCENCIA

En los últimos tiempos circula el debate sobre la problemática del alcohol y los adolescentes, una preocupación que en rigor existe desde hace mucho tiempo. El adolescente se encuentra en un proceso de transformación subjetiva. Epoca de rupturas y pérdidas donde aparece, entre otras cuestiones, la búsqueda de una identidad, de un determinado posicionamiento respecto a su ser y a su vida.

De esta forma, vemos como durante este período se erige un terreno fértil ante ciertas vulnerabilidades, precisamente por estar en un momento de cambios, de construcciones.

La diferencia sustancial que encontramos en esta época respecto de otros tiempos está en la comunicación, en la masividad de la información, la desinformación y también en la existencia de nuevos objetos de valor o a valorar.

Los medios masivos pueden producir fácilmente una sobreestimación sobre determinados productos, dirigiendo especial atención a los adolescentes como referentes de consumo. Así se inscribe que no es lo mismo tener un celular de última generación que no poseerlo; no es igual alguien que pertenece a un grupo que toma esa bebida que está de moda. Las publicidades muestran como elemento de diversión, éxito, popularidad y clase a ciertos productos.

Por ese impacto, por ejemplo, años atrás comenzó a prohibirse mundialmente las publicidades de tabaco. Es que inferían de manera diferente en un adolescente y en un adulto.

En tanto, hay que diferenciar alcoholismo de consumo de alcohol (mas allá de las cantidades y la regularidad). El alcoholismo es una adicción, y para tener un diagnóstico acertado debe tener ciertas características particulares y específicas sobre el lugar que este objeto toma en la vida de una persona. Por lo tanto, no es lo más común encontrar situaciones de alcoholismo en un adolescente. Lo que sí es común es que se tome mucho, en forma popular y masiva. Algo así como un objeto fetiche para todo tipo de encuentros y reuniones, sobre todo cuando se trata de diversión y esparcimiento lo que se escucha de manera recurrente es "el alcohol no puede faltar". En este sentido adquiere una gran valoración consumir, y más aún si es en grandes cantidades.

Hay cierta idea, en el imaginario cultural, de que la bebida es cosa de adultos, de grandes. Acá podemos ver como el tema de la "prohibición" según la forma en que se inscriba puede provocar distintos efectos. Asociar el alcohol con la adultez circula desde hace mucho tiempo: "prohibida su venta para menores de 18 años", y así se crea cierta idea que tomar alcohol tiene que ver con ser grande, libre, independiente.

Pasajes

La trasgresión a reglas y normas tiene un sabor muy particular para el adolescente (hacer eso que no podemos, pero que si podemos). El pasaje de niño a adulto lleva consigo una serie de luchas, cambios y revoluciones. Es el momento en el que comienza a forjarse la idea de que ya no se se está más bajo las reglas de un adulto.

Obviamente al no existir una maduración, las reglas y los límites (propios e impuestos) comienzan a cuestionarse, a reformularse fuertemente. De esta forma, en ocasiones, vemos como el niño que pasa a ser adulto no toma simplemente una copa sino que busca ese límite del que a la vez reniega. Es acá donde se trasluce la facilidad de quedar completamente embriagado, vomitando hasta la posibilidad de un coma alcohólico.

Generalmente, lo que subyace es que ver quién es el que más bebe. Como si tomar en mayor cantidad fue se señal de que se la "banca" más. Acaso la expresión "qué blandito sos", dicha a personas que toman poco alcohol o les afecta rápidamente al organismo, no muestra como signo de debilidad aquel que no tome en demasía.

El alcohol por lo general es un elemento común en las reuniones sociales, por lo tanto en los adolescentes no deja de suceder lo mismo. La "previa" es el nombre que se le da al momento anterior a la salida, el motivo de la misma es tomar, y además juntarse, charlar, reírse, contar anécdotas.

La misma se fue forjando básicamente por una cuestión monetaria ya que el precio del alcohol en un boliche es el doble o triple. De esta manera los jóvenes ya pueden entrar al boliche "entonados, con pilas, y onda".

Obviamente la ingesta de alcohol no termina ahí. Seguirá dentro de la disco y posiblemente a la salida también. El problema en un adolescente reside en el intento de reconocimiento de sus límites, pero a la vez, en el hecho de querer negar esos límites. Por lo tanto no es extraño que tomar hasta más no poder termine siendo su límite, con todas las consecuencias.

Efectos

El alcohol produce una estimulación en el sistema nervioso central; al poco tiempo genera lo contrario, por lo tanto, la gente suele seguir bebiendo para "tirar" hasta que termine la noche. La desinhibición es otro de los efectos más buscados, ya sea para desenvolverse "mejor", relacionarse con el otro sexo o "divertirse más". Esto sucede también en los adultos, pero seguramente con un poco más de control (aunque no en todos los casos).

No se puede olvidar el papel fundamental que poseen los padres en este tema. Están quienes frente al consumo exagerado de alcohol en un chico o chica lo sancionan de manera rígida e incluso le imponen castigos o penitencias. También están aquellos que no demuestran mayores preocupaciones. En el medio encontramos decenas de posturas. La más importante a destacar es aquella en la que los padres se preocupan por lo que sucede con su hijo, por como transcurre esta etapa de su vida. La clave es actuar de una manera responsable, ni desinteresados ni castradores.

El papel que tienen los padres es primordial, por lo tanto querer hacer únicamente responsable a su hijo por el estado en que llega en las noches es algo injusto. Es imprescindible que los padres puedan brindar un acompañamiento en esta compleja etapa y tener la posibilidad de charlar, de dialogar y de poder transmitirle esa responsabilidad necesaria para un buen arribo a la adultez.

Los padres tienen que convocar a sus hijos a asumir esa responsabilidad subjetiva que les corresponde. Más allá del abuso de alcohol, el tema está en que las acciones que se vayan realizando sean cada vez más a conciencia.


AUTOR: Soledad Cimadoni (Psicóloga)
FUENTE: DIARIO LA CAPITAL